Nada más mítico para la modernidad que una prostituta rusa, estas parece que son la fantasía de cualquiera que guste de meter su polla en la boca de una jovencita, es lo que veremos en esta galería amateur y además, eso de estar chupando y desnuda, parece que le gusta mucho.
Algo que tal vez visto desde un punto de vista muy frívolo, se ve como cierto, pero tomando en cuenta que si es heterosexual, termina por sentirse atraída a los hombres, entonces no lo vemos tan insólito como parece al principio. También le gusta el dinero y ese es un pecado por el que no la podemos juzgar.
¿A quién no? La diferencia es que ella puede abrir las piernas para ofrecer su coño y seguramente tú no puedes… porque tienes un pene por el que nadie pagaría. Entonces es mejor quedarnos con las postales que nos dejó su libertinaje y dejemos de pensar en las razones por las que pasaron las cosas.


































































































